domingo, 23 de septiembre de 2012

Manual de Proteccion Civil (BULLYING Y ACOSO)



Acoso escolar o Bullying

El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolarmatonaje escolarmatoneo escolaro por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entreescolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de edad.


El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.
En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.
Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.
A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.

Tipos de acoso escolar

Bloqueo social

Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo.

Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.

Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.

Hostigamiento


Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala.

Manipulación social


Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.

Coacción


Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.

El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.

Exclusión social

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.

Intimidación

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.

Amenaza a la integridad

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.

Causas

El agresor: características psicológicas y entorno familiar

Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.
La presencia de distorsiones cognitivas tienen que ver con el hecho de que su interpretación de la realidad suele eludir la evidencia de los hechos y suele comportar una delegación de responsabilidades en otras personas. Así, normalmente responsabiliza de su acción acosadora a la víctima, que le habría molestado o desafiado previamente, con lo que no refleja ningún tipo de remordimiento respecto de su conducta (los datos indican que, aproximadamente, un 70% de los acosadores responden a este perfil).
La psicología actual, por otra parte, identifica en los acosadores escolares la existencia probable de una educación familiar permisiva que les puede haber llevado a no interiorizar suficientemente bien el principio de realidad: los derechos de uno deben armonizarse con los de los demás. La consecuencia es la dificultad para ponerse en el lugar del otro por una carencia de altruismo vinculada a un ego que crece a costa de los demás, meros instrumentos a su servicio, y que tiene un umbral de frustración muy bajo. Algunos autores denominan a este tipo de niño como niño tirano.

El entorno escolar

Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.

La televisión

El mensaje implícito de determinados programas televisivos de consumo frecuente entre adolescentes que exponen un modelo de proyecto vital que busca la aspiración a todo sin renunciar a nada para conseguirlo, siempre y cuando eso no signifique esforzarse o grandes trabajos, constituye otro factor de riesgo para determinados individuos.
Los expertos han llegado también a la conclusión de que la violencia en los medios de comunicación tiene efectos sobre la violencia real, sobre todo entre niños.Se discute, no obstante, el tipo de efectos y su grado: si se da una imitación indiscriminada, si se da un efecto insensibilizador, si se crea una imagen de la realidad en la que se hiperboliza la incidencia de la violencia, etc.
En conclusión la televisión con alto riesgo de violencia afecta a los niños, en el sentido de querer y tratar ser como ellos ( tipos de modelo prototipo).

Prevención

Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).
Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de conflictos escolares).
Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

Resolución de conflictos

Pese a que la figura del acoso en general atiende a un concepto de negación del conflicto al tratarse de un maltrato soterrado (incluso para la víctima, pues a ella le declaran la guerra en secreto, nunca abiertamente), tal vez podría hablarse de conflicto para simplificar el acercamiento a la materia. Y es que el conflicto forma parte de la vida y es un motor de progreso, pero en determinadas condiciones puede conducir a la violencia. Para mejorar la convivencia educativa y prevenir la violencia, es preciso enseñar a resolver conflictos de forma constructiva; es decir, pensando, dialogando y negociando. Un posible método de resolución de conflictos se desarrolla en los siguientes pasos:
  • Definir adecuadamente el conflicto.
  • Establecer cuáles son los objetivos y ordenarlos según su importancia.
  • Diseñar las posibles soluciones al conflicto.
  • Elegir la solución que se considere mejor y elaborar un plan para llevarla a cabo.
  • Llevar a la práctica la solución elegida.
  • Valorar los resultados obtenidos y, si no son los deseados, repetir todo el procedimiento para tratar de mejorarlos.
Una buena idea puede ser la de ir escribiendo las distintas fases del proceso, para facilitar su realización. En los programas de prevención de la violencia escolar que se están desarrollando en los últimos tiempos, se incluyen la mediación y la negociación como métodos de resolución de conflictos sin violencia.

Así, hay 3 criterios principales que identifican un caso de bullying:
1. Intención de hacer daño
2. Reiteración de las conductas, durante un periodo largo de tiempo y de forma recurrente
3. Desequilibrio de fuerzas, habiendo desigualdad de poder entre una figura fuerte y otra más débil, la víctima.
El acoso escolar puede presentarse de diferentes formas: por una parte, el acoso físico se muestra con acciones o agresiones físicas ya sean patadas, peleas, zancadillas, tirones de pelo, etc. Por otra parte, el acoso no físico o psicológico que puede ser tanto verbal (insultos, burlas, motes) como no verbal (hacer gestos groseros, despreciar, ignorar, aislar, enviar notas ofensivas, etc.).
Características del acoso escolar
En general, el bullying pertenece a los primeros cursos de la ESO y conforme se va pasando de curso, el índice de acoso escolar va disminuyendo. Por otro lado, si tenemos en cuenta el género, el acoso escolar es un fenómeno generalmente masculino. La mayoría de estudios consideran que son más los alumnos varones que se consideran tanto agresores como víctimas en cualquiera de las formas de acoso.
Propio de los escolares es el grupo de iguales y su gran importancia por pertenecer a uno. Es por eso que un caso de bullying es más probable que sea instigado por un grupo de alumnos en el que uno suele ser el agresor principal y el resto de “acompañantes de batalla”.
Muchas investigaciones sitúan como principal escenario el aula o el interior del colegio allí donde más casos de bullying se conocen y concluyen que agresores y victimas comparten aula o, al menos, curso.
¡Signos de alerta! Causas y consecuencias del acoso escolar
Las causas del acoso escolar debemos englobarlas en una perspectiva que incluya diferentes factores a tener en cuenta.
    • Los factores individuales encontramos una personalidad retraída o baja autoestima en el caso de las víctimas y un temperamento agresivo y alteraciones en la emoción y la conducta en el caso de los agresores.
acoso escolar
  • En el caso de los agresores, el factor familiar es uno de los más importantes, donde la inestabilidad en la estructura familiar, falta de vínculo afectivo o abandono, convivencia familiar pobre, contradicciones, imposición o autoritarismo, presencia de actos violentos, permisividad o pasividad, etc.
  • Cabe comentar que el fracaso escolarno parece ser una característica importante como causa del bullying en alumnos agresores en comparación con el resto de factores, pues muchos estudios no han encontrado relaciones directas entre ambas variables: bullying y fracaso escolar. También existen factores que provienen directamente del centro escolar que afectan en la dinámica bullying como actitudes de falta de coordinación y colaboración entre el profesorado, inconsistencia en la prevención de conductas agresivas, intrusismo profesional o la permisividad del profesor así como la convivencia de varias culturas dando lugar a actos racistas.
La consecuencia más evidente en ambos lados, víctimas y agresores, suele ser la disminución del rendimiento escolar junto con un cambio en el comportamiento habitual.
El agresor, al tener éxito con conductas intimidatorias frente a los compañeros, puede elevar las probabilidades hacia una conducta delictiva en un futuro, al ver en este comportamiento una nueva forma para conseguir sus objetivos. Además, puede conseguir un mejor status social a base de refuerzos del grupo sobre su acto agresivo o violento. En este caso, las consecuencias van más allá del ambiente escolar. El hecho de aprender a comportarse de este modo para conseguir lo que quiere, el agresor puede llegar a extender esas formas de dominio del otro a la convivencia doméstica.
Las peores consecuencias las sufre la víctima de bullying. Sufrir acoso escolar puede acabar en fracaso escolar, ansiedad anticipatoria o fobia al colegio, con lo que configura una personalidad insegura para el desarrollo óptimo de la persona, a nivel personal y social. Y la peor consecuencia de todas, el suicidio, como única vía para escapar de la situación. Recordemos el caso Jokin en España.
No olvidemos que el hecho que la asistencia a clase sea obligatoria y que implique necesariamente formar parte de un grupo aumenta el malestar experimentado por quien sufre el maltrato de sus compañeros. Además son las víctimas y no los agresores, los alumnos a los que se les suele cambiar de colegio o instituto para evitar la situación, con lo que el agresor sigue en el mismo centro y puede continuar con sus batallas contra otro alumno.
En las víctimas de acoso escolar se encuentran daños físicos evidentes pero también daños sociales como la inhibición o el retraimiento, daños psicosomáticos como pesadillas, falta de apetito, trastornos gastrointestinales, etc., así como psicológicos (síntomas de depresión, ansiedad, frustración) y conductuales en forma de agresión, irritación o rutinas obsesivas.
Para prevenir las causas y evitar las consecuencias, la intervención debe ser siempre conjunta entre padres, profesores y profesionales de la psicología para poder abordar el caso desde diferentes perspectivas y el resultado sea el óptimo.


Para prevenir y atajar posibles brotes de Acoso Escolar o Bullying, es importante aclarar el tema entre todos los involucrados y saber de  de qué estamos hablando y dejar de pensar“que estas situaciones son corrientes entre jóvenes de edad escolar ”, ni “que se trata sólo de bromas de niños”. Lo que diferencia lo normal del acoso, es que en el caso del bullying l podemos observar  que la conducta es continua y el agresor es más grande,  y más poderoso que la víctima. Es muy importante distinguir lo episódico de lo habitual. Tener en cuenta que la persistencia es un indicador de riesgo que pueden estar corriendo la víctima tanto como el  agresor. Lo que debes hacer en tres pasos claves:
1.Desarrolla la confianza con tu  hijo, ten  paciencia y comprensión, intentando que te cuente lo que está sucediendo, para ello, más que insistir y amenazarle, lo que necesita es  hacerle saber que se le  crees y  que  tienes  confianza en su testimonio y  en sus capacidades .Al Animar al niño a que te cuente todo lo sucedido en un espacio tranquilo y acogedor, hazle preguntas sin alterarte y evitando los dramatismos. De esta forma averiguaras lo que sucedió, quién estaba implicado, dónde ocurrió, cuándo y si hubo testigos de los sucedido.
2. Debe sentir que se le escucha, sin juicios ni culpas, ayudándole a ganar confianza en sí mismo. Es posible que al contar lo sucedido en un espacio tranquilo el propio niño piense en una manera de resolverlo por sí mismo, hablando con compañeros, con un profesor con el que tenga especial confianza, o con los propios agresores.
3. NUNCA debes tratar de solucionarlo por tu cuenta. Esta actitud, más que ayudar puede empeorar la situación en el colegio y lo que es peor, dar la impresión al niño de que sus padres no confían en él, que es débil y necesita que otros le ayuden. Comunicando al colegio lo que está sucediendo -siempre con el acuerdo de nuestro hijo- y valorar con ellos medidas a adoptar. Tratar de elegir siempre a la persona idónea, en ocasiones nuestro hijo prefiere hablar con un profesor en concreto, con el orientador del centro o con el director, antes de acudir al tutor.

TRES COSAS QUE NO DEBES HACER
Hay algunas actitudes que adoptan los padres que más que ayudar a TU hijo, le angustian más y aumentan la sensación de que algo ha hecho mal. Por eso, NUNCA debes:
1.Hacerle creer que lo que le ocurre no tiene importancia (“a quién no le han pegado alguna vez en el colegio”)
2. Echarle la culpa a la escuela o a los profesores (“ya le decía yo a tu padre que en este colegio ibas a tener problemas“). O echarle la culpa a nuestro propio hijo (“ya te dije que con esa ropa que llevas no podías ganar amigos“)
3. Enemistarnos con los padres de los niños acosadores (buscar culpables no ayuda a resolver los conflictos).
4.Buscar soluciones “fáciles” (“ya no vas más a ese colegio, nos cambiamos y punto

COMO DETECTAR EL BULLYING
1. Los niños se encuentran aislados y temerosos.
2. Presentan dolores de estómago y de cabeza
3. Se tornan Irritables
4. Tienen heridas, morados, ropa y artículos dañados
5. No quieren ir al colegio
6. No concilian el sueño y tienen pesadillas, igualmente se  orinan en la cama.
7. Presentan bajo interés en las actividades escolares o de cualquier otro tipo.
8. Tienen Malas relaciones con los padres.
9. Son agresivos y manipuladores con sus hermanos y con los animales.
10. Muestran poca preocupación por los demás
11. Presentan Depresión
12.Se muestran victimas de Ansiedad
13. Inician el Uso de alcohol y otras sustancias.

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